Lapsus Sádico
Y solo en tus noches contendrás esa furia cegadora, de bestia, en tu vientre divino devorarás como satánico bebe la sangre del cordero en su ritual todo lo que pobremente puedo darte.
Oh bella mujer, caeré rendido a tus pies y moriré con gusto en tu placer, en la cabellera de serpientes florecidas y perfumes delicados, con una fuerza bestial darás la estacada final y adiós, hasta siempre volveremos a encontrarnos.
Y por siempre atado a tus cadenas he de servirte, amor desdichado, delicioso dolor del eterno vaivén de tus caderas y aunque tu piel se arrugue y te muestre mis huesos, serás gloria e infierno en este espacio donde sin sentido y horror te pisotean, mientras alzan al Hades himnos en tu memoria, hipócritas del sentimiento, ¿algún día te dejarán en paz?
Jajajaja, solo cuando sea tarde y tu dulzura se amargue y ahorques los cuellos que diste de comer.
Sera un placer oírlos gritar, ¿verdad?
Y yo volveré a tu cueva y moriré de placer otra vez, pues necesitarás de un esclavo como chivo expiatorio y acudiré a tu llamado, temeroso pero deseando la muerte más que a nada.
¡Y moriré!
Solo para que vivas, moriré.
¡Oh! Veo esa bella sensación del embrutecimiento, llegaré pronto, lo sé, como perro me dejarás tirado allí, sin más, libre y al fin muerto.
Jajajaja, libre y al fin muerto.
Oh bella mujer, caeré rendido a tus pies y moriré con gusto en tu placer, en la cabellera de serpientes florecidas y perfumes delicados, con una fuerza bestial darás la estacada final y adiós, hasta siempre volveremos a encontrarnos.
Y por siempre atado a tus cadenas he de servirte, amor desdichado, delicioso dolor del eterno vaivén de tus caderas y aunque tu piel se arrugue y te muestre mis huesos, serás gloria e infierno en este espacio donde sin sentido y horror te pisotean, mientras alzan al Hades himnos en tu memoria, hipócritas del sentimiento, ¿algún día te dejarán en paz?
Jajajaja, solo cuando sea tarde y tu dulzura se amargue y ahorques los cuellos que diste de comer.
Sera un placer oírlos gritar, ¿verdad?
Y yo volveré a tu cueva y moriré de placer otra vez, pues necesitarás de un esclavo como chivo expiatorio y acudiré a tu llamado, temeroso pero deseando la muerte más que a nada.
¡Y moriré!
Solo para que vivas, moriré.
¡Oh! Veo esa bella sensación del embrutecimiento, llegaré pronto, lo sé, como perro me dejarás tirado allí, sin más, libre y al fin muerto.
Jajajaja, libre y al fin muerto.
Nicelia Florcanela
No hay comentarios:
Publicar un comentario