lunes, 27 de julio de 2009

Carmen Imbert Brugal
"Mujer, literatura y Caribe"


Por: Jacqueline Pimentel
Coordinadora de Comunicaciones
Miembro Correspondiente

La Tertulia Literaria “Letras de la Academia” se complace en invitarle a la Conferencia que dictará la escritora, abogada, profesora y comunicadora Carmen Imbert Brugal sobre ¨ Mujer, literatura y Caribe” el sábado, 1 de agosto, a las cinco de la tarde en la Academia Dominicana de la Lengua, ubicada en la Casa de las Academias, calle Mercedes 204, Ciudad Colonial

Esta actividad forma parte del ciclo “NUESTROS VALORES LITERARIOS”, concebido para dar a conocer la obra de los escritores que exploran, desde nuestras raíces lingüísticas y literarias, la tradición cultural que esta Academia de la Lengua asume, potencia y proyecta a favor del desarrollo humanístico de nuestro país.

Semblanza de Carmen Imbert Brugal
Carmen es una de las mujeres más destacadas de nuestro país: escritora, comunicadora -creadora de opinión-, abogada y profesora. Ha sido ayudante de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, Jueza de Instrucción, profesora de Derecho Penal y Procesal Penal, Docente ILANUD, jueza suplente Junta Electoral DN. Participante en decenas de foros, conferencias y seminarios internacionales así como locales. Desde 1991 se dedica a la comunicación a través de la radio y la televisión. Actualmente es Columnista del periódico HOY y de Clave Digital.

Carmen Imbert Brugal ha publicado Palabras de otro tiempo y de siempre (poesía), Infidencias (relatos), Tráfico de mujeres: visión de una nación exportadora (ensayo realizado con Cristina Cavalcanti y Margarita Cordero), Prostitución: esclavitud sexual femenina (ensayo), El Ministerio Público -para Participación Ciudadana-.

En el género novela, la autora ha publicado “Distinguida Señora”, “Volver al Frío” y “Sueños de Salitre” esta última publicada por la Editorial Norma.

Muestra de su Obra

Sueños de Salitre
-fragmento-
Por Carmen Imbert Brugal

... El acantilado, la roca donde se despeinan las olas. Esa humedad de salitre, la oquedad del caracol, el molusco. La sonrisa de la negra que se menea cuando las congas retumban y el sudor de percusión le resbala por los hombros. Fíjate bien, Tina, sólo la apacigua el saxo cuando se mete por cualquier huequito. Baila como ella, Tina. No te detengas.

Tú eres la tarde cayendo, esa sombra tornasolada que trae silencio para encender la noche y perfumarla con el ilang ilang de los bares, con esas luces rojas que transportan caricias o se las roban si se quedan debajo del mantel cuando mis manos caminan por tus muslos erizados.

Y continúas, sonriéndole al mozo para despistarlo, como si él no supiera lo que está pasando y te respetara y ratificara que las señoras no sienten ni padecen, ni las acarician, ni las manosean, ni las arrastran o las sabrosean o pierden la compostura para responder a los guiños de la carne, a las musarañas del gusto.

Eres la tentación mordiendo el deseo, el deslumbramiento de día y de noche, pesadilla de ganas que moja sábanas, calzoncillos, toallas, sillones. Mi pozo de la dicha, mi tibio y profundo refugio. Tina, Tina, para bañarme, Tina con pretina no es sentina. Tina de Cristina por cristiana, la que tiene el pensamiento claro y lo debes tener más que nunca o para siempre. Tina, atina o desatina o se destina o se elimina.

Eres mi alazán, mi atarraya, mi chinchorro, mi fruta en sazón, mi ámbar, mi piedra volcánica, mi larimar, mi cariñito azucarado, mi verde que te quiero verde. Puedes escribir, conmigo, los versos más tristes esta noche y tiritan azules los astros a lo lejos y yo te quiero a veces y tú también, porque nada es de nadie si otro lo ansía. Y por eso te llevé a la calle de la Veracruz, calle que nunca fue mi calle, pero puede ser mi casa, o mi familia o mi mujer o yo.

Espera, Tina, que aún la nave del olvido no ha partido y no tienes que elegir entre tu mar y mi amor porque no tienes mar, ni conoces las espumas viajeras. El mar es mío y tú lo sabes y esto no es amor, ni hubo ayer, ni dichas pasajeras. Esto es un día, un veinticuatro horas, un presente que estás aprendiendo a repetir, una y otra vez, hasta que puedas, hasta que el cuerpo aguante. Porque aquí lo repetimos todos, con más o menos suerte, con más o menos dinero.

No habrá nunca despedida. Tampoco niebla del riachuelo amarrada a un recuerdo, ni yo sigo esperando, ni he vuelto. Me quedo. No te devuelvo ninguna promesa de adorarte, que no te he hecho. Te adoro ahora, en este instante, queriéndote así, viendo como gozas, como gritas, como te mueves, como, en lugar de olvidarme, olvidas. Si te vas es porque yo quiero que te vayas, pero ya di la media vuelta para estar contigo hoy, hoy. Me quieres a pesar de lo que dices, lo dices por decir. No lo crees, ni crees que lo estás diciendo.

Mira el norte, mira eso. ¿Cuándo ha sido tuyo tanto azul? ¿Cuándo tanta agua te perteneció? Mira al sur, míralo ahora y mírame. No te sacudas la arena, ni la sal, ni tanta calcárea circunstancia metida entre tus piernas, entre mis manos, en mi boca. Yo no te prometí un jardín de rosas, no te prometí nada, absolutamente nada.

Distinguida Señora
-fragmento-
Por Carmen Imbert Brugal

Siempre tuvo la ilusión de bailar Almendra con Mariana, no me lo dijo nunca, lo sabía. La presentía y movía la victrola, el sonido de la flauta le endulzaba el rostro metiéndole en el cuerpo la inquietud de un fornicio imposible. Mariana era una leyenda, caminaba con sus fantasmas concitando la reverencia y el silencio.

Llegaba a la bodega sin premuras cotidianas, nunca pidió tocino, ni jengibre, ni aceite, solicitaba Chesterfield y si la hora era propicia, aceptaba un trago de ron que era lo más irreverente para una mujer entonces. Tuteaba a todo el mundo, tenía una simpática manera de modular cuando hablaba, era realmente bella, pero sus encantos se perdían en la leyenda y en los altibajos de su vida disoluta. Su ubicación social era difícil, a pesar de ser blanca y exhibir en su rostro unos ojos irremedia¬blemente verdes, no le permitían, ni ella se planteaba, asistir al club del pueblo.

Escasos sobrevivientes de los centros de tortura conservaba como amigos, era una manera de no recrear el dolor o de no imponerles su valentía. Su condición genérica impresionaba al más abierto, cómo excluir la solidaridad de la tentación provocada por esta mujer. Ella sabía eso y más, por eso andaba sola y cuando quería compañía la pedía, la buscaba.

Tenía un hijo, nacido antes de la cárcel, en ocasiones se le veía con él pero evitaba la identificación del vástago para garantizarle su vida. Compañeros de prisión hablaban de su fortaleza y de su descaro en los interrogatorios, también recuerdan sus gritos cuando la torturaban. Gritaba al inicio, era el grito de la resistencia, después podían permanecer con ella diez horas y ni un gemido se escuchaba, sólo cuando la sacaban al pasillo notaban qué había ocurrido.

Su cuerpo fue convertido en cenicero, cada sicario apagaba el fuego de su cigarrillo sobre la escasa piel que lo cubría. El día de su cumpleaños le tiraron en la celda una bolsa llena de rolos, pinchos y esmalte para las uñas con la orden expresa de utilizar todo. No tenía fuerzas, la oferta le parecía absurda. Dejó la funda en una esquina, cuando el guardián abrió la celda notó que no había satisfecho la orden y se comunicó con el jefe de la prisión. Fue sacada violentamente del espacio, la obligaron a colocarse los rolos y a pintarse cada una de las uñas.

Mariana, durante sesenta días, no había mencionado un hecho, un nombre, un lugar, un indicio. El “no sé” de sus labios secos y rotos alucinaba a los encargados de sacarle, a sangre y fuego, alguna pista digna para descubrir a “los traidores del pueblo”.

El dolor es sólo una vez, después se convierte en recuerdo del primero, la astucia radica en evitar su acoso. Sus largos mechones de pelo castaño, sucio y opaco se enredaron entre los tubos que le ofrecieron, tenía la cabeza llena de esos cilindros.

Cuando terminó con los cabellos, pintó cada una de sus uñas. Mientras hacía el trabajo, escuchaba las exclamaciones de los guardias y el acostumbrado repertorio de groserías. Descartó esta vez el estupro, ya quedaba poco de su cuerpo y qué más podrían disfrutar si se cansaron de usarla. Su imaginación no pudo presentir que eligieron ese día para extraerle sus veinte uñas rojas.

Intentaron reanimarla con baldes de agua fría y con alcohol, la querían fuerte para la segunda parte. La sentaron frente a un espejo y sólo recuerda una mano enorme arrancándole uno de los rolos. Todos los quitaron de la misma manera, lo supo treinta y seis horas después, cuando tocó su cabeza y notó la ausencia de cabello y palpó las excoriaciones que los tirones le provocaron. Ismael sabía eso, su historia era conocida, Mariana no la repetía, se agarró del silencio para sobrevivir.

Transcurrieron los años, su única nieta descubrió su espalda y le preguntó por qué era así. Mariana, coqueta y tranquila atribuyó a la vejez las deformaciones. La niña creció pensando que los años hacían marcas raras, no sólo arrugas ni carreteritas sino montañas y perforaciones.

Se tomó el último trago con Ismael y desapareció sin concederle la dicha de bailar Almendra. Regresó envuelta en los humos mágicos de la locura. La veían, de tiempo en tiempo, con un frasco de esmalte entre las manos preguntando ¿quién quiere que le pinte las uñas?

Sus amigos la abandonaron, echaron en el saco hondo de la indiferencia parte de su vida. Él último que Ismael recordaba aludiéndola, tenía en sus palabras la lápida.
—Y qué voy a saber de Mariana. Esa mujer está loca.

viernes, 24 de julio de 2009

TERTULIA LINGÜÍSTICA

Por Jacqueline Pimentel

Coordinadora de Comuicaciones

Miembro Correspondiente


La Tertulia Lingüística de la Academia que coordina María José Rincón presentó al doctor Andrés L. Mateo, reconocido escritor dominicano y Miembro de Número de la Academia, quien disertó en torno a la más reciente obra de don Mariano Lebrón Saviñón Usted no lo diga.


Al acto, celebrado recientemente en la sede de la Academia Dominicana de la Lengua, asistió un selecto público integrado por Mario Lebrón, hijo de don Mariano; los académicos Víctor Villegas, Franklyn Domínguez, Manuel Salvador Gautier, Manuel Campos Navarro, Rafael Peralta Romero y amantes de la cultura como el destacado escritor Antonio Lockward Artiles.


Durante su alocución Andrés L. Mateo destacó las cualidades de la obra citada, así como los aportes invaluables que don Mariano ha conferido a la cultura dominicana, especialmente en el aspecto de nuestro acervo lingüístico.


“Don Mariano Lebrón Savíñón conjuga variables del creador de alto vuelo y del filólogo investigador. Usted no lo diga y otros temas de lingüística es un buen ejemplo de ello, puesto que a la gracia y el deleite del uso del vocablo por parte de los dominicanos, se agrega la erudición y la profundidad del análisis lingüístico. Usted no lo diga y otros temas de lingüística es un verdadero modelo de investigación filológica, en el sentido que la concebia la tradición filológica clásica alemana que, en la figura de Wolf, le dio las características al discurso filológico moderno", enfatizó el disertante.


Al recalcar la profundidad de la obra, explicó que la misma consta de dos partes, una donde hace un resumen sucinto de la historia de nuestra lengua española y en la otra aborda aspectos nodales del habla común de los hablantes dominicanos, presentando ejemplos representativos de los errores más usuales y paralelamente las observaciones pertinentes que aclaran el uso adecuado o paradigmático, utiliza para esto un estilo sencillo, didáctico y ameno, respetando las diferencias dialectales de los hablantes.


Cabe resaltar que tanto el disertante como la Coordinadora de la Tertulia Lingüística estuvieron de acuerdo en señalar que don Mariano respeta la decisión de los hablantes al usar la lengua, pero le observa, como buen maestro, aquello que no es apropiado.


Usted no lo diga es una obra que debe usarse en todos los ambientes académicos dominicanos, puesto que su carácter filológico y lingüístico a la vez le confiere una extraordinaria dimensión educativa que desborda el alcance, por ejemplo, de un diccionario de dominicanismos, aseguró Mateo. Agregó que los ejemplos utilizados para aclarar dislates lingüísticos habituales entre los hablantes dominicanos, son muy acertados y responden con fidelidad a nuestra realidad.


Ejemplos como "la calor" concitaron gran interés entre el público presente, cuyas inquietudes recibieron las explicaciones aclaratorias tanto del doctor Andrés L. Mateo como de doña María José Rincón, incluso, hubo aportes como los del doctor Brea Tió y Mario Lebrón quienes dieron cuenta de vocablos (ej. el enfermo hizo tantas precisas, en el lenguaje rural) desconocidos por la mayoría de los presentes y que don Mariano ha rescatado del acervo lingüístico del pueblo dominicano, tanto rural como citadino.


En síntesis las explicaciones dadas en el coloquio coinciden con la opinión de otro intelectual, don Justo Pedro Castellanos Khouri, Rector de la Universidad APEC, quien escribe en la contraportada de la obra Usted no lo diga: "Este libro es un resumen magistral de la historia de la lengua española, que nos remonta al Cantar del Mio Cid, y nos hace viajar por ese cúmulo de peripecias y vicisitudes del Latín que entra a la Península Ibérica, y que, interactuando con las lenguas vernáculas, se transforma en una lengua de transición (Lengua Romance), para luego arribar al idioma lleno de riquezas en el que hoy se expresan más de cuatrocientos millones de hablantes. La síntesis que nos ofrece Don Mariano en este libro no sólo es una verdadera filigrana de un largo proceso, sino que está estructurado con gracia, con soltura e imaginación; como si se nos contara un cuento. Y este rasgo de estilo, sin abandonar en ningún momento la rigurosidad del tema tratado".


Al concluir la actividad, los presentes elogiaron los aportes de don Mariano Lebrón Saviñón a quien consideran un bastión del acervo lingüístico y cultural de los dominicanos y cuyo ejemplo han de imitar las generaciones más jóvenes, expresiones que su emocionado hijo, Mario Lebrón, agradeció a nombre de su padre y su familia, destacó la fortaleza de su padre quien continua aportando a pesar de la edad y los avatares de su larga y productiva vida.

Tertulia Lingüística

Coloquio Lexicográfico


La Tertulia Lingüística de la Academia que coordina María José Rincón presentó al doctor Andrés L. Mateo, reconocido escritor dominicano y Miembro de Número de la Academia, quien disertó en torno a la más reciente obra de don Mariano Lebrón Saviñón Usted no lo diga.


Al acto, celebrado recientemente en la sede de la Academia Dominicana de la Lengua, asistió un selecto público integrado por Mario Lebrón, hijo de don Mariano; los académicos Víctor Villegas, Franklyn Domínguez, Manuel Salvador Gautier, Manuel Campos Navarro, Rafael Peralta Romero y amantes de la cultura como el destacado escritor Antonio Lockward Artiles.


Durante su alocución Andrés L. Mateo destacó las cualidades de la obra citada, así como los aportes invaluables que don Mariano ha conferido a la cultura dominicana, especialmente en el aspecto de nuestro acervo lingüístico.

“Don Mariano Lebrón Savíñón conjuga variables del creador de alto vuelo y del filólogo investigador. Usted no lo diga y otros temas de lingüística es un buen ejemplo de ello, puesto que a la gracia y el deleite del uso del vocablo por parte de los dominicanos, se agrega la erudición y la profundidad del análisis lingüístico. Usted no lo diga y otros temas de lingüística es un verdadero modelo de investigación filológica, en el sentido que la concebia la tradición filológica clásica alemana que, en la figura de Wolf, le dio las características al discurso filológico moderno", enfatizó el disertante.


Al recalcar la profundidad de la obra, explicó que la misma consta de dos partes, una donde hace un resumen sucinto de la historia de nuestra lengua española y en la otra aborda aspectos nodales del habla común de los hablantes dominicanos, presentando ejemplos representativos de los errores más usuales y paralelamente las observaciones pertinentes que aclaran el uso adecuado o paradigmático, utiliza para esto un estilo sencillo, didáctico y ameno, respetando las diferencias dialectales de los hablantes.


Cabe resaltar que tanto el disertante como la Coordinadora de la Tertulia Lingüística estuvieron de acuerdo en señalar que don Mariano respeta la decisión de los hablantes al usar la lengua, pero le observa, como buen maestro, aquello que no es apropiado.


Usted no lo diga es una obra que debe usarse en todos los ambientes académicos dominicanos, puesto que su carácter filológico y lingüístico a la vez le confiere una extraordinaria dimensión educativa que desborda el alcance, por ejemplo, de un diccionario de dominicanismos, aseguró Mateo. Agregó que los ejemplos utilizados para aclarar dislates lingüísticos habituales entre los hablantes dominicanos, son muy acertados y responden con fidelidad a nuestra realidad.


Ejemplos como "la calor" concitaron gran interés entre el público presente, cuyas inquietudes recibieron las explicaciones aclaratorias tanto del doctor Andrés L. Mateo como de doña María José Rincón, incluso, hubo aportes como los del doctor Brea Tió y Mario Lebrón quienes dieron cuenta de vocablos (ej. el enfermo hizo tantas precisas, en el lenguaje rural) desconocidos por la mayoría de los presentes y que don Mariano ha rescatado del acervo lingüístico del pueblo dominicano, tanto rural como citadino.


En síntesis las explicaciones dadas en el coloquio coinciden con la opinión de otro intelectual, don Justo Pedro Castellanos Khouri, Rector de la Universidad APEC, quien escribe en la contraportada de la obra Usted no lo diga: "Este libro es un resumen magistral de la historia de la lengua española, que nos remonta al Cantar del Mio Cid, y nos hace viajar por ese cúmulo de peripecias y vicisitudes del Latín que entra a la Península Ibérica, y que, interactuando con las lenguas vernáculas, se transforma en una lengua de transición (Lengua Romance), para luego arribar al idioma lleno de riquezas en el que hoy se expresan más de cuatrocientos millones de hablantes. La síntesis que nos ofrece Don Mariano en este libro no sólo es una verdadera filigrana de un largo proceso, sino que está estructurado con gracia, con soltura e imaginación; como si se nos contara un cuento. Y este rasgo de estilo, sin abandonar en ningún momento la rigurosidad del tema tratado".


Al concluir la actividad, los presentes elogiaron los aportes de don Mariano Lebrón Saviñón a quien consideran un bastión del acervo lingüístico y cultural de los dominicanos y cuyo ejemplo han de imitar las generaciones más jóvenes, expresiones que su emocionado hijo, Mario Lebrón, agradeció a nombre de su padre y su familia, destacó la fortaleza de su padre quien continua aportando a pesar de la edad y los avatares de su larga y productiva vida.

martes, 21 de julio de 2009

Proyectos Estudiantiles

UASD serán modelos para asignatura

Estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) presentaron proyectos de arte social a la Arquitecta y Profesora Amelia Soto, como trabajos finales de verano, en la Sala de Orientación de la Biblioteca Pedro Mir, quien expresó satisfacción por los mismos, los cuales serán pautas para su asignatura en el periodo académico 2009-20.

Alumnos de la asignatura de “Elaboración de Proyectos de Arte” del periodo Verano 2009 mostraron sus proyectos finales cuya temática social busca sensibilizar, impactar y crear conciencia entre las personas ante la invisibilidad de lo evidente en nuestro país, los cuales estarán expuestos hasta mediados del mes de agosto en el ala Este del primer piso de la Biblioteca Pedro Mir.

El propósito de esta exposición, es mostrar a la familia uasdiana y dominicana el interés de la juventud en su entorno sociocultural, su deseo de cambiarla positivamente expresándose por medio de las artes y concretamente cambiar la negativa imagen de los estudiantes de la Facultad de Artes, equipándose con la mejor armadura, el arte.

El esfuerzo y la dedicación evidentes en las propuestas de los jóvenes les valieron para ser merecedores de convertirse en modelos de los próximos estudiantes que cursarán la materia en el semestre 2009-20, un reconocimiento de la maestra Amelia Soto.

Utilizando diversas técnicas artísticas (fotografía, moda, instalaciones, performance) y tecnológicas (software de diseño y animación 3D, blogs) los alumnos expusieron lo aprendido en los talleres realizados durante la materia en cuestión, extrapolando dicho conocimiento en la recreación artística/denuncia de la realidad cotidiana.

Las propuestas artísticas/académicas fueron: Talleres de Fotografía “Condenados, sobreviviendo” y “Ángulos Urbanos: Denuncia Visual”; Taller de Pintura “Concurso Universitario de Pintura: Nuestra sociedad al desnudo”; Taller del Cartel en República Dominicana “Lo que no sabes del cartel”; Taller del Performance “Deshumanización: Reflexiones sobre el cuerpo y la presencia”; Talleres de Instalación “Promesas: El blablabla de los políticos” y “Demagogia (Metamorfosis y Génesis): Las caras de la babocracia)” y el Taller de Moda “Pasarela por la niñez: Alianza por la Niñez”.

La profesora Amelia Soto abarca en varios talleres los tópicos de la materia con la finalidad de que sus estudiantes formen equipos multidisciplinarios, fomentando la objetividad, profesionalidad, cooperación, creatividad y pensamiento analítico y crítico.

lunes, 20 de julio de 2009

Taller Lexicográfico

Academia Dominicana de la Lengua

Con la conducción de la Coordinadora de la Tertulia Lingüística de la Academia, María José Rincón, se llevó a cabo el Segundo Taller Lexicografía en la sede de la Corporación de Académicos que dirige el doctor Bruno Rosario Candelier, quien conjuntamente con el equipo lexicográfico de la Academia participó activamente en las dos jornadas que comprendió el taller.


El programa del Taller abarcó cuatro grandes temas: Clasificación Tipológica de los diccionarios, El corpus lexicográfico, La macroestructura de los diccionarios y la microestructura de los diccionarios, subdivididos en los subtemas precisos para abordar la delicada tarea de elaborar un diccionario de dominicanismos, propósito fundamental de este segundo taller con el equipo lexicográfico de la Academia integrado por los académicos: Ramón Emilio Reyes, Roxana Amaro, Carmen Pérez Valerio y Domingo Caba, entre otros.


Al iniciar los trabajos, María José recalcó la necesidad de tener claro el tipo de diccionario a elaborar, en este punto explicó los tipos de diccionarios posibles para atender al propósito planteado en esta Academia, presentar un abanico de posibilidades apropiadas, dijo, permitirá que seleccionemos el más adecuado y, además, que permita determinar cuáles palabras precisamos recoger y cuáles no.


Planteadas las opciones, se procedió a delimitar la perspectiva desde la cual el equipo trabajaría, uno de los acuerdos consistió en definir que el diccionario de dominicanismos será sincrónico, el cual abarcará vocablos y expresiones usuales en el español dominicano desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Incluso, debe tomarse en cuenta aquellas palabras presentes en los textos, aunque las realidades que designan hayan desaparecido.

La experta explicó que nuestro diccionario de dominicanismo ha de explicarse en los preliminares, donde pueden consignarse elementos diacrónicos, agregó que este diccionario debe regirse por un criterio restringido, según la variedad diatópica.


Parcelará el léxico desde el punto de vista geográfico, aplicable sólo a la República Dominicana, sin excluir aquellos datos o elementos que ayuden al diccionario a ser explicativo o didáctico.


El criterio diatópico será el que regirá para seleccionar las palabras que conformarán el corpus del diccionario de dominicanismo. Éste será un diccionario dialectal, restringido externo, diatópico, puntualizó María José.


Al continuar con las deliberaciones, se acordó que el diccionario será de uso, pero que han de hacerse acotaciones normativas, necesarias para aclarar conceptos, vocablos y realidades a las cuales éstos hacen referencia.


Es decir, consignar un sistema de referencia normativa de lo apropiado, aclarado en los preliminares del diccionario. Indicó que dentro de las variantes dadas en el uso lexical ha de seleccionarse aquella que sirva de referente, es decir, la modélica o adecuada.


En resumen, el diccionario de dominicanismos será sobre cómo se habla, no sobre cómo debe ser, sin obviar las acotaciones normativas.


Aclarado el tema del tipo de diccionario a elaborar, se procedió a explicar el corpus lexicográfico, es decir, la conformación del material que servirá de base al producto propuesto.


“Este es un diccionario de nueva planta”, explicó María José, puesto que implica elaborar un proyecto, un diseño al cual le sigue una investigación de campo o bibliográfica para la recolección de datos. Delimitó dos fases fundamentales para realizar esta tarea, a saber:


1-Organizar el corpus lexicográfico o conjunto de nomenclatura que se incluirá en el diccionario.


2-Redacción y composición de cada una de las entradas del diccionario. La calidad del mismo dependerá, precisó, de seleccionar acertadamente los vocablos representativos del tópico elegido para elaborar el diccionario de dominicanismos.

Lo anterior se podrá visualizar en este esquema:

FUENTES
/ \
¿Cuáles? Soporte
/ \ \
primarias secundarias \
/ \ Archivos lexicográficos
lingüísticas metalingüísticas \ \
(obras, textos, diccionarios Nómina Corpus
foros, estudios etc. qué / \
traten sobre el léxico.) / Consigna técnicas
Base de datos para organizar
que registra en fichas material léxico.
Individuales todas las
obras que se usaron para
elaborar el corpus.

Las deliberaciones en torno a la macroestructura del diccionario continuaron para precisar los criterios de lematización o palabras a seleccionar.


El lema es cada una de la palabras que entran al diccionario ; las locuciones o lexías, frase hechas van en las sub-entradas, precisó la experta, añadió que detalles o criterios extralingüísticos como el tamaño, los prejuicios etc. no caben dentro de los parámetros a seguir para la elaboración del diccionario, en cambio la frecuencia de uso, la variedad diastrática, comparado con otra variedad de referencia, así como el criterio diferencial referido a las razones de pertenencia a la variedad seleccionada serán los criterios contrastivos a tomarse en cuenta.


En esta parte, María José señaló algunos errores frecuentes, patentes en los diccionarios de americanismos, veamos:


1--mezclar criterios sincrónicos y genéticos, diacrónicos-históricos.

2--inclusión errónea de peninsularismos.

3--trasvase indiscriminado de palabras sin filtrarlas (ej. usar datos de otros diccionarios tal cual sin validar o verificar)

4--preferencia, predominio exagerado del léxico que designa realidades típicas del lugar. Ej. Delictivo, en lugar de delictuoso.

5--exclusión de palabras, especialmente las consideradas vulgares.

6--limitarse a palabras o usos distintos del peninsular. Ej. Conferenciante --conferencista

En otro orden, se habló sobre la microestructura que consiste en toda la información que comporta cada palabra, es decir, es lo que se dice y cómo se dice cada palabra.


Se explicó que el primer enunciado está formado por toda la información gramatical, etimológica, categoría, área a la cual pertenece, variedad dialectal, división silábica, marcas de diferenciación sincrónica, diacrónica y contrastiva; mientras que el segundo enunciado de la palabra consigna la definición en sí del vocablo.


Al abordar esta parte se sugirió que las palabras se consignen en el diccionario de dominicanismos según las formas que se utilicen, es decir, usar ambas formas, ejemplo: sancocho-salcocho; zafacón-safacón.


También se acordó utilizar marcas diferenciadoras para dominicanismos léxicos y/o semánticos; así como usar sólo las marcas gramaticales en las entradas, evitar las marcas de transición semántica.


Agregó que es necesario tomar en cuenta las marcas diasistemáticas, las diatópicas, diastráticas y las diafásicas puesto que cada una de ellas comportan informaciones importantes para el usuario del diccionario. Las temporales, por ejemplo, asignan a la palabra información sobre la vigencia de uso de la palabra (neologismo-anticuado o antiguo). Mientras que las diatópicas aluden o delimitan la zona lingüística donde su usa esa palabra. Por otro lado, las diastráticas son marcas que señalan los niveles o registros de la lengua acordes con el grado académico o cultural del hablante, es decir, general-coloquial-popular.


Por último, las marcas diafásicas refiéranse a lo correcto o no, lo que se puede decir o no, según el contexto o situación de comunicación del hablante. Ej. formal-informal (vulgarismos) y las marcas connotativas que indican el grado de valoración que ha de adoptar el hablante ante un hecho lingüístico (irónico-vulgar-despectivo, etc.).


Explicando la complejidad del trabajo a realizar, la facilitadora precisó que la mayoría de los artículos lexicográficos son múltiples, otros (escasos), simples que sólo tienen una acepción.


Recalcó la importancia de la definición adecuada de los vocablos puesto que ésta debe explicar la realidad a través de las palabras, de la óptica de la lengua. Para que sea válida una definición debe poseer definido (lema) y definidor (significado). Además, éstas deben cumplir cuatro principios básicos:


1*debe estar reflejada en una oración que se identifique o sea sinónimo del definido o lema. Ambos deben ser intercambiables, definición propia=metalengua, contenido. Debe lograrse la ley de sinonimia, es decir, que el definido y el definidor se correspondan y uno pueda sustituir al otro (las palabras gramaticales se definen en forma impropia, pues la definición se refiere a la función de las palabras, no a su esencia. En este tipo de definición se recalcan los rasgos semánticos y/o positivos de una palabra determinada, así como sus posibilidades diferenciadoras con relación a otras palabras).

2*ley de equivalencia categorial, las definiciones se han de corresponder con la categoría gramatical a la cual pertenece la palabra definida. Ej. bufo-a. adj. 1 Cómico, grotesco.

3* regla o ley de transparencia, consiste en que debe estar redactada con palabras de fácil comprensión para el usuario, entendible.

4*la autosuficiencia, la definición debe usar palabras que estén en el diccionario, evitar las pistas perdidas o palabras que no se definan en el diccionario.

Con relación a este último principio, María José precisó que no nos compete, en virtud de la naturaleza de nuestro diccionario, en cambio los tres primeros son imprescindibles. Al concluir sus explicaciones destacó la importancia de tener en cuenta el contorno de las definiciones que son aquellos elementos recurrentes en el definidor y el definido.

Concluida esta jornada formativa se acordaron los plazos para entregar las primeras fichas, una vez asignadas las obras a consultar para conformar el corpus lexicográfico del diccionario de dominicanismos coordinado por doña María José Rincón y dirigido por el doctor Bruno Rosario Candelier, Director de la Academia Dominicana de la Lengua.